06:32:18 Jueves, 25 Abril

El hijo predilecto de Lanzarote, el increíble artista César Manrique, tuvo una vida muy destacada, dedicada casi en su totalidad a transformar su amada isla en una gigantesca obra de arte. Sus manos son responsables de la mayoría de la arquitectura más sorprendente e innovadora de toda Canarias y se le conoce como un héroe debido a los innumerables y atrevidos sueños que hizo realidad durante su vida y obra en esta bella tierra volcánica.

El mayor atractivo que pueden presenciar los visitantes en el centro de Lanzarote es la Fundación César Manrique, situada a las afueras de la hermosa villa de Tahíche, en el municipio de Teguise. En concreto, este asombroso Centro se encuentra en el Taro de Tahíche y resulta ser un monumento conmemorativo a la fabulosa carrera del genial artista y a la clarividencia que demostró al abrir su Lanzarote natal al turismo sin comprometer la belleza natural de su paisaje.

En una glorieta señalizada con una escultura plateada de campanas al viento, se encuentra la pequeña calle que le conducirá a la Fundación César Manrique, creada en 1982 por el artista y su círculo de amistades con el objetivo de promocionar una arquitectura sostenible con el entorno natural.

Cuatro años más tarde donó la casa del Taro de Tahíche que se había construido en 1968 a la Fundación. La habitaría hasta 1987, cuando se mudó a una casa de campo en Haría. Tras fallecer en un trágico accidente de coche en septiembre de 1992, su antigua vivienda se convirtió en el epicentro de la Fundación que lleva su nombre, abriéndose al público como museo de arte moderno y ya remodelado por él mismo.

La casa, construida sobre una colada de lava donde descubrió que crecía una higuera enraizada en una burbuja volcánica, se convirtió en la personificación del sueño del artista: vivir en armonía con la naturaleza. Asimismo, fue el lugar ideal para combinar todas sus habilidades artísticas como diseñador, escultor, pintor y paisajista.

Otro increíble ejemplo de las preferencias por el color y el movimiento de Manrique, lo configura un impresionante móvil a semejanza de juguete infantil gigantesco, que puede verse en la entrada de esta extraordinaria “casa”. Hay dos niveles, uno por encima y otro bajo tierra, con unas dimensiones colosales. En el exterior verá un encantador jardín de cactus, plantas variadas y enormes buganvillas, que dan paso al museo de arte moderno, donde antes se ubicaba su residencia.

Además de los numerosos ejemplos de las obras y los diseños de Manrique, el museo exhibe trabajos de diversos artistas de renombre del siglo XX en arte abstracto y moderno, incluyendo Picasso, Miró, Tàpies y Jesús Soto.

Aquí podrá disfrutar de unas maravillosas vistas a través de los enormes ventanales que dan al malpaís. Afuera, en lo que antes era su garaje, hay una tienda de souvenirs y una librería, así como un bar cafetería.

Siguiendo las escaleras al piso bajo, verá que todo es aún más sorprendente. Cinco burbujas volcánicas, creadas a partir de lava solidificada, están unidas por estrechas galerías. Cada compartimento, de unos 5 m de diámetro, fue transformado en una estancia elegantemente diseñada, con carácter, mobiliario y color diferente en cada caso.

La Fundación César Manrique, absolutamente deslumbrante y fantástica, merece una visita obligatoria.
Sus horarios de apertura son de lunes a sábado de 10:00 a 18:00 y los domingos de 10:00 a 15:00 (del 1 de noviembre al 30 de junio). Del 1 de julio al 31 de octubre los horarios cambian y la Fundación abre todos los días de 10:00 a 19:00.
Hay que pagar una pequeña entrada.