12:39:14 Jueves, 10 Octubre

Las Islas Canarias poseen una situación perfecta, en medio del Océano Atlántico, al sur de España y junto a la costa de África. Pero, ¿sabía que también hay una pequeña islita de casi 30 km2 al norte de la bella Lanzarote? Su nombre es La Graciosa, es la menor de las islas habitadas del archipiélago y le espera en todo su esplendor para que la descubra.

Mientras se tuesta bajo el agradable sol lanzaroteño, ¿por qué no subir al ferry y visitar esta bellísima y desconocida alhaja oceánica? Cada día zarpan 3 o 4 ferris desde el Puerto de Órzola y el trayecto a esta isla llena de gracia dura alrededor de 30 minutos.

Tras cruzar las tranquilas aguas de El Río y atracar en Caleta de Sebo, podrá seguir los pasos del explorador normando Juan de Béthencourt, quien conquistó Lanzarote a principios del siglo XV. La mayoría de los isleños vive en las preciosas casitas de esta zona, donde también hay algunos restaurantes y cafeterías, dos supermercados, una sucursal bancaria y una oficina de correos. El resto de los residentes vive en otra localidad de la costa, llamada Casas de Pedro Barba.

Estas instalaciones tan básicas presentes en La Graciosa son parte de su encanto. Al carecer de establecimientos hoteleros, los visitantes solo vienen por el día dejando atrás temporalmente sus hoteles de lujo en Lanzarote.

Probablemente, una de sus características más atractivas es que no hay carreteras en sí, sino pistas de tierra o arena. Es un auténtico paraíso para los senderistas: podrán tomar una ruta de un día que recorre la costa y que rodea completamente la isla. También hay disponibilidad de alquilar bicicletas de montaña en el puerto, así como tours estilo safari.

La Graciosa tiene la suerte de poseer diversas playas largas y desiertas de doradas dunas, siendo la más hermosa la Playa de las Conchas, en la costa noroeste. A pie se tarda unos 90 minutos en llegar y desde aquí podrá disfrutar de unas preciosas vistas de los pequeños islotes inhabitados de Montaña Clara, Roque del Este y Alegranza, que conforman el Archipiélago Chinijo. Estas islas pueden visitarse en bote, pero no está permitido desembarcar, ya que son parte del Reserva Natural Integral de Los Islotes y acogen a varias especies de aves en peligro de extinción. Estos islotes son, asimismo, un paraíso para conejos y perdices.

Ya en el interior, el paisaje está compuesto casi en su totalidad de dunas y malpaíses poblados de algunos matos y plantas suculentas que han sabido sobrevivir en estas yermas tierras, además de los conos de 4 volcanes extintos.

La Graciosa... ¡una verdadera escapada hacia un mundo de relax y tranquilidad absoluta!